Al mismo tiempo, este fenómeno puede explicar porque la generación que ahora tiene entre 20 y 29 años está tan obsesionada con los 90, lo mismo que los que tienen entre 30 y 39 lo están con los 80 y así...
Investigadores de la universidad de Cornell sugieren que el gusto por la música que nuestros padres escuchaban es que creamos lazos emocionales y fuertes recuerdos con esa música, aún con canciones que fueron populares justo cuando nosotros estábamos naciendo y que siempre estamos escuchando y la memoria haciendo su trabajo.
Para llegar a esta conclusión, hicieron
un test a 62 universitarios para relacionar la música con los recuerdos.
De esta manera, comprobaron que las memorias más personales suelen
relacionarse con música que escuchábamos después de los 20 años. No
obstante, también encontraron que hay un nivel mayor de reconocimiento,
identificación emocional y memoria con las canciones que nuestros padres
escuchaban cuando ellos rondaban los 20 años.
El estudio sugiere que existe un
especial vínculo emocional con las canciones que escuchábamos en casa
cuando éramos niños. No obstante, la investigación no está terminada.
Las conclusiones a las que llegaros son provisionales, aunque
también puede ser que simplemente la música de nuestros padres sea mejor
que la nuestra. ¿Tu qué opinas?
De hecho puedes contestar la encuesta: aquí
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