En estos días es raro encontrar a una celebridad que no haya sido objeto
de algún tipo de cirugía plástica, desde abdominoplastia, implantes de
senos, lifting facial, cirugía de nariz y levantamiento de cejas, son
parte de nuestra continua obsesión por permanecer joven. Pero volvamos a
comienzos del siglo 20, en donde vamos a poder observar que el deseo de
la eterna juventud y belleza perdurable fueron una constante, pero que
sin duda tenían una forma muy diferente a los tratamientos de belleza de la actualidad.
Durante los años 1900-1920, las personas seguían estando fuertemente
influenciadas por las sociedades Victoriana, quienes tenían la creencia
de que simplemente era tu "deber" de mujer lucir bella. No era una
elección, era una forma de vida, una que tenía toda una industria de
herramientas, dispositivos y máquinas diseñadas para ayudarle a
mantenerse al día con las expectativas de otros. Y fueron esos
"tratamientos de belleza" que continuaron siendo pregonados y empujó a
la nueva generación de consumidores a comienzos del siglo 20.
Y mientras que en estos días las mujeres pueden incursionar en
exfoliantes faciales, parches de pepinos en los ojos e inyecciones de
Botox ocasionales, sus predecesores tuvieron que soportar todo tipo de
dispositivos extravagantes con el único fin de ajustarse a los caprichos superficiales y transitorios de sus compañeros.
Es una mirada peculiar a nuestro pasado y nuestra obsesión permanente con la perfección.